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Es imposible hablar de otro tema o pensar en otra cosa. El coronavirus está provocando mucha preocupación y malestar emocional en la población por la incertidumbre que genera el rápido contagio de este virus, COVID-19 considerado ya una pandemia.

 

La situación actual de confinamiento en casa durante varias semanas puede generar mucho malestar psicológico. Afortunadamente, se han estudiado algunos factores de protección que nos ayudan a sobrellevar esto.

Añadir que, “el coronavirus nos ha pillado en la era de la tecnología y las redes sociales y muchas de las informaciones que están llegando no están bien contrastadas ni proceden de fuentes rigurosas”. Desde la psicología es aconsejable mantener el buen estado de ánimo, la calma y la tranquilidad, así como consultar solo información contrastada sobre el coronavirus.

 

Emociones persistentes con alta intensidad

  • Nerviosismo, agitación o tensión, con sensación de peligro inminente, y/o pánico.
  • No dejar de pensar en otra cosa que no sea la enfermedad, o la preocupación por enfermar.
  • Necesidad de estar permanentemente viendo y oyendo información al respecto.
  • Dificultades para concentrarse o interesarse por otros asuntos.
  • No desarrollar con normalidad las labores cotidianas o laborales, (obviamente de aquellos que tras decreto Ley, deben cumplir con su jornada).
  • Encontrarse en estado de alerta, cuestionando las sensaciones corporales como propias de la enfermedad habitualmente.
  • No controlar la situación y preguntar constantemente a familiares y amigos por su salud.
  • Aumento del ritmo cardíaco, respiración acelerada (hiperventilación), sudoración o temblores sin causa justificada.
  • Problemas para tener un sueño reparador.

 

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Entender lo que pasa

Es importante entender lo que nos está pasando y normalizar tanto las emociones propias como las de las personas que nos rodean.

El cambio repentino de la rutina y la necesidad de programar cómo hay que organizarse en ese nuevo escenario o gestionar el tiempo puede generar discusiones familiares sobre esos detalles, y eso es normal porque la persona afectada tendrá una tendencia mayor a mostrar su enfado.

Centrarse en el momento presente

La incertidumbre aumenta. Prohibidas “las anticipaciones negativas”. En este tipo de circunstancias solemos ponernos en lo peor innecesariamente, porque así pensamos que podremos prever lo que va a suceder.

Es normal que se quiera buscar más información sobre el virus, pero esa estrategia no es buena. Centrarse en el aquí y ahora, en lo conocido hasta el momento e intentar adaptarse a ello. Asumamos que muchas cosas que no dependen de nosotros.

Superar la soledad

La soledad es un sentimiento que se dispara, especialmente entre aquellas personas que permanecen aisladas sin contactos físicos con nadie mientras dura la cuarentena. La clave, apunta Mónica Pereira, es “aceptar esa soledad y saberla ocupar”. Es importante –añade– organizarse “teniendo en cuenta nuestro estado actual, pensando que es un tiempo transitorio en el que tenemos que programar todos los días. Intentar ser nosotros quienes marquemos el ritmo, y no nuestro estado de ánimo, teniendo en cuenta que los síntomas de la enfermedad nos condicionarán. Es bueno no exigirnos más de lo necesario, y no decepcionarnos si no conseguimos hacer todo lo que nos gustaría”.

coronavirus

Algunos consejos que nos pueden ayudar

Planificar rutinas en casa

El cerebro necesita predecibilidad y como no podemos dársela en cuanto al tiempo que tardaremos en volver a la normalidad, hay que dársela con pequeñas rutinas diarias, mientras el virus va remitiendo:

  • Rutinas diarias de ejercicio físico: movernos en casa haciendo gimnasia. El ejercicio físico es el gran aliado de la mente.
  • Rutinas diarias de cuidado físico: dormir a las horas normales aunque no vaya a clase o a trabajar y comer a las horas que solía hacerlo antes.
  • Rutinas de aprendizaje: leer, aprender algo nuevo…para que mi cerebro continúe estimulado.

Rutinas de desconexión de las noticias

No saturarse de información. Nos encontramos escuchando lo mismo todo el día, nuestro cerebro se satura y aumenta el malestar y la confusión. Es bueno estar bien informado, pero a la vez tener momentos de ver una serie o jugar a algo… que nos permita desconectar del tema.

Rutinas sociales

Los demás es lo mejor que tenemos para estar bien. Compartir momentos, conversaciones, cocinar juntos… ayuda mucho a convivir con la incertidumbre. Los demás son nuestra fuerza. Está demostrado que la unión y el cariño entre las personas compensa el impacto de los estresores.

 

Evitar el conflicto innecesario

En estos momentos es mejor no “entrar al trapo” de pequeños conflictos, ya que esto nos satura aún más.

Ser cauteloso y considerado con la situación y con los demás

Cuando estamos en una situación de incertidumbre y sentimos confusión, nos fijamos en los demás. Lo hacemos sin querer. Si estoy en la farmacia y el de delante compra 4 cajas de paracetamol, me voy a asustar de forma automática y voy a tender a hacer lo mismo. Si el de delante compra 1 caja, voy a sentir más tranquilidad y responsabilidad. No sólo los virus se contagian, los sentimientos y los comportamientos también.

 

El brote de coronavirus en España no solo perjudica a los pacientes que dan positivo. También puede hacer mella en la ciudadanía desde un punto de vista poco abordado: psicológico.

Recordar que pensar constantemente en la enfermedad puede hacer que aparezcan o se acentúen síntomas que incrementen el malestar emocional.