En el trastorno obsesivo compulsivo (TOC), entendemos a las (obsesiones), como pensamientos, sentimientos o ideas que tienen las personas en forma de trastorno, y que provoca comportamientos repetitivos e indeseables que las llevan a hacer algo muchas veces (compulsiones).
Estas obsesiones y compulsiones interfieren en las actividades diarias y causan mucha angustia y ansiedad.
¿Cuáles son las causas del TOC?
Aunque no se conocen completamente sus causas si existen varias teorías al respecto:
La biología: Cambios de la química natural de tu cuerpo o de tus funciones cerebrales.
La genética: Aunque aún no se hayan identificado genes específicos, el TOC puede llevar un componente genético.
El entorno: Se refiere a los factores del entorno, como por ejemplo las infecciones, pero es un campo en el que se están realizando varias investigaciones.
Algunos de los TOC más frecuentes son:
- Obsesiones de contaminación:
Preocupaciones por la suciedad, contaminantes o secreciones corporales que pueden contagiar alguna enfermedad.
- Obsesiones agresivas:
Imágenes violentas o miedos a proferir insultos o a cometer delitos o actos en contra de la moral.
- Obsesiones de necesidad de simetría y precisión:
Colocar los objetos de manera determinada o simétrica, de hacer y deshacer de manera exacta acciones motoras.
- Obsesiones de duda o responsabilidad patológica:
Dudas de verificación (por ejemplo, si han cerrado la puerta de casa).
- Obsesiones de coleccionismo:
Ideas, pensamientos o impulsos de acumular objetos que son objetivamente inútiles.
- Obsesiones sexuales:
Pensamientos o imágenes sobre tener relaciones sexuales con niños, incestuosas o con animales.
- Obsesiones somáticas:
Preocupaciones extremas por funciones corporales o por aspectos de la imagen corporal o a desarrollar una enfermedad grave. Los temores más frecuentes son a contraer SIDA, un ataque cardiaco o cáncer.
- Obsesiones religiosas:
Pensamientos sobre la necesidad de confesar pecados mínimos o que no sucedieron pero que los pacientes suponen haber cometido y se sienten culpables.
¿Debes acudir a un psicólogo?
Es cierto que en la carrera nos enseñan cómo tratar cada diagnóstico, pero también lo es que el conocimiento que adquirimos no cubre ni de lejos todas las aristas de trastornos muy complejos que se han desarrollado y mantenido a lo largo de muchos años y de los que existe un desconocimiento absoluto entre la población.
El TOC es mucho más complejo de lo que parece. Es necesario saber que funciona y que no en su tratamiento.
Un profesional especializado en TOC, lo conoce a fondo haciendo que el paciente entienda como funciona e identifique sus síntomas. Es importante empatizar con el paciente, comprendiendo la angustia e impotencia que le causa.
Aunque con la mejor de las intenciones, algunos de los errores más comunes en los que suelen incurrir los psicólogos generales son:
ERRORES MÁS COMUNES DE LOS TOC
Tratarlo como un trastorno de ansiedad generalizada con técnicas de relajación o detención del pensamiento
El TOC no se desencadena tras un evento traumatizante, ni hay que tratarlo como un estrés postraumático. El trauma es el desencadenante del TOC, pero no su causa. Aunque superemos el evento traumático el TOC seguirá ahí.
Insistir en lo injustificado de las preocupaciones y lo inútil de las compulsiones, la mayor parte de los obsesivos saben que sus obsesiones son irracionales y a pesar de ello el miedo no desaparece.
No querer dar un diagnóstico claro al paciente. En el caso del TOC es muy necesario hacerle consciente de lo que es.
La terapia muy práctica. Debe haber tareas entre sesiones que el paciente debe cumplir para avanzar en el proceso.
Imprescindible la exposición y prevención de respuesta, de lo contrario es más probable que en el futuro aparezca un nuevo episodio.
Hay que tratar los rasgos de personalidad asociados al trastorno ya que son los precursores de un nuevo episodio de TOC.
En definitiva, el TOC es un grave y profundo bloqueo emocional/mental que no permite que nuestros sentimientos y nuestros pensamientos fluyan hacia el exterior con normalidad. Esa es la enfermedad. Lo demás (dudas, pensamientos intrusivos, miedo al cambio, etc.) son sólo los síntomas de esa enfermedad.